Hace pocos días se anunció la estrategia ‘Un millón de vasos de leche’ del programa Ecuador sin Hambre, que busca beneficiar en los cien primeros días de Gobierno del presidente Guillermo Lasso, a casi 12.000 niños y niñas del Ecuador.
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La donación de un millón de vasos de leche se realizó en un evento muy especial, como parte del compromiso realizado por la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (AGSO), representados por su Gerente General, Juan Pablo Grijalva.
Dialogando sobre este iniciativa, Grijalva nos cuenta más sobre este aporte de AGSO, cómo se proyecta el sector lechero a futuro, qué ventajas competitivas ofrece el país en esta industria, y un mensaje positivo hacia nuestros lectores.
¿Cómo nace esta iniciativa de ‘Un millón de vasos de leche’?
Luego de la primera vuelta electoral, tuvimos una reunión de Directorio de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (AGSO) con varios actores sociales y de otros sectores, en Cayambe. Como Asociación nos comprometimos a que en caso de que ganara el señor Guillermo Lasso, le brindaríamos todo el apoyo posible.
Tras la posesión presidencial, debíamos cumplir con nuestro apoyo. Para eso, nos contactamos con la Ministra Mae Montaño y concluimos en la oferta que hicimos: entregar un millón de vasos de leche para niños de más de dos años de edad en zonas muy vulnerables.
Esta idea recibió gran acogida por parte de la Ministra y su equipo, así como por el señor Presidente, a punto que estuvo presente en este acto simbólico.
La esposa del Presidente, María de Lourdes Alcívar, tuvo el lindo gesto con los niños presentes, al leer un cuento sobre la importancia del consumo de leche. Contó la historia de unos niños que estaban decaídos, pero al tomar un vaso de leche se vuelven muy fuertes. Fue un cuento muy bonito y con mucho sentimiento.
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El apoyo a un gobierno es importante desde todo punto de vista: empresarial, gremial y ciudadano, porque este momento Ecuador será el país que construyamos. Nada viene por casualidad. Para tener un país equitativo, debemos construirlo de forma diaria. Es una mentalidad que debemos ir fortaleciendo, lo cual significa pensar en los demás antes que en uno mismo, como concepto general.
¿Cómo puede aportar el sector ganadero en este proceso?
Como gremio ganadero pensamos en el sector, pero también en el bienestar del país, en cuánto trabajo podemos generar, cuánto se puede alimentar con nuestro producto, cómo hacer para que exista acceso a la leche para todos, los cuales son temas que van más allá de lo que el gremio puede hacer.
Tenemos que producir con propósito y en nuestro caso es alimentar al Ecuador, y si es posible, en algún momento, exportar nuestro producto y así fortalecer la economía ecuatoriana. Incluso, pensamos en cómo formalizar al sector a través de la compra de leche en zonas muy marginales y podamos ir construyendo cosas positivas.
Ecuador es un mercado pequeño, por lo que tenemos que buscar mercados alternos donde también haya ingresos económicos más fuertes. El tema de la Alianza del Pacífico representa 230 millones de personas, que tienen un ingreso per capita sobre 15 mil dólares al año, cuando en Ecuador es de USD 6 mil. Entonces, si llegamos con un poquito de nosotros a esos países, con mayor poder adquisitivo, significará una transmisión directa de recursos a las zonas marginales donde buscamos el desarrollo.
Tenemos que apoyar todos estos temas en forma decidida y también cuidadosa. Debemos abrirnos pero con los cuidados necesarios para que no haya problemas de rebote. En lo ganadero, tenemos mucho por ganar ya que México es el principal importador de leche del mundo. Con un poquito de ese mercado ya estaríamos bastante bien.
Hace poco se estableció una alianza estratégica entre la AGSO y la FAO, ¿en qué consiste?
Tenemos que pensar que el tema de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente, así como El Ordeño, buscan los mismos objetivos, que la actividad se dinamice. Para esto hemos hecho un convenio con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para realizar una ganadería climáticamente inteligente.
Como Asociación buscamos una ganadería neutral en temas de emisiones de carbono. En El Ordeño ya estamos avanzando, implementando energía solar y contamos con un programa que nos lleve a ese fin.
Pero lo que buscamos se reduce a lo que es el Sistema B. Nosotros vamos pensando en algunas ideas porque todo lo que hacemos y los programas que llevamos a cabo tienen que ir en función a crear bienestar en las personas. También tienen que desarrollarse en función del cuidado del medio ambiente; y la tercera parte es la económica, la rentabilidad, que viene como consecuencia de las dos primeras.
Medir a la empresa o al gremio solo en términos del retorno económico, posiblemente hace perder de vista que existen otras cosas que tienen un impacto más fuerte, que son lo social y ambiental. Si hay una sociedad que no mejora, tampoco va a haber consumidores para ningún tipo de innovación o producto. Si una sociedad no está bien alimentada, no será productiva y no llevará al país adelante. Y si hay un medio ambiente dañado, lo que pasará es que seguiremos gastando de forma negativa los recursos que nos ofrece los tierra y sus efectos se sentirán cuando exista escasez.
Es por eso que hoy es el momento de administrar los recursos de la mejor forma posible. Pongo como ejemplo el agua: la recogemos de los páramos para las fincas y existen dos caminos, se puede optar por contar con equipos que permitan riego eficiente o en una forma donde se inunden potreros, se pierdan los nutrientes de la tierra y luego no pueda controlarse. Es la diferencia de una acción lo que nos llevará a la productividad, eficiencia, y sobretodo al cuidado de ese medio ambiente.
De esta forma hay muchos costos escondidos que en este momento tenemos y que nadie se beneficia, como cargas mal calculadas, que pudiendo transportar 10 mil litros de leche solo llevan la mitad y cuestan lo mismo. Problemas así, que son temas de gestión, pueden adaptarse para que todo sea más eficiente.
Lo que nosotros planteamos es llegar a una producción limpia, una vida sin desperdicio de recursos, de tiempos o de productos.
Ahora, la AGSO está encaminando todos sus esfuerzos a esto. Queremos convertirnos de alguna manera en una Asociación B o algo similar por lo que ya iniciamos la gestión. Nos gusta llegar al límite de las cosas porque al quedarte a la mitad del camino, te pierdes todo un universo que viene a futuro por no haber llegado a la meta.
En este momento que existe un ambiente positivo en el Ecuador, el buen ánimo de la gente ya es suficiente para mejorar las cosas e iremos avanzando en la medida en la que cada uno haga su esfuerzo.
¿Cuántas personas son parte de la AGSO?
Actualmente tenemos cerca de 13 mil personas que están en contacto permanente con la Asociación, más unos 6 mil pequeños productores. En total, unas 20 mil personas son parte de este circuito y esperamos ir creciendo y generando proyectos que dinamicen el campo ecuatoriano. Estas familias están en zonas muy estratégicas del país y eso ayuda a la gestión.
Vamos a emprender varios proyectos, no solo relacionados a la leche, sino en otros productos. Muchos se preguntarán por qué, pero es justamente parte de la responsabilidad. No queremos que los productores dependan solo de la leche, sino que tengan dos o tres alternativas. Es un plan que no se lo puede hacer a corto plazo pero lo estamos trabajando.
¿Qué potencial tiene Ecuador en el tema de exportación de leche?
Ecuador tiene una capacidad de producir todo y en grandes cantidades. Se conoce sobre la exportación de banano, camarón, brócoli, pero tenemos muchísimos productos que podemos exportar con una política enfocada en ello. A eso vamos a llegar, porque no solamente es tomar la decisión de exportar sino que se debe armar toda una política interna para ese fin, como acuerdos, créditos y apoyo en la parte sanitaria. Pero es posible.
En leche ya hemos exportado con un producto de excelente calidad y poco a poco seguiremos avanzando en eso. Siempre que existe exportación, se genera más producción interna.
¿Se tiene la capacidad para responder a mercados cada vez más exigentes?
Esa es la gran ventaja que tenemos en Ecuador. En producción de leche, tenemos una producción de vacas que están al aire libre y la mayor parte de su alimento proviene del pastoreo, lo cual la convierte en una producción totalmente limpia. En otros países, en Europa o Norteamérica, se encuentra estabulaciones, animales que están en establos produciendo leche como fábricas, lo cual genera animales estresados.
Entonces, nosotros tenemos ese gran nicho de mercado. En perchas de EEUU, por ejemplo, los productos que indican «grass fed», animales que se alimentaron con pastoreo, carne o leche, cuestan hasta un 30% más. Tenemos que apuntar a eso, no necesariamente 100% orgánicos, pero sí con procesos limpios.
Tenemos como «benchmark» a Nueva Zelanda, un país que maneja el tema ambiental con altos niveles y lidera el 40% de la exportación de leche del mundo y les falta producto. Nosotros podemos seguir ese camino y exportar productos limpios.
Ahora existen muchos consumidores que se fijan de dónde vienen los productos que consumen. Una leche que produce El Ordeño tiene todo un sistema de trazabilidad con blockchain, que le permite saber al consumidor de dónde vino ese producto. La gente quiere más seguridad en los productos que está consumiendo y eso lo podemos dar como Ecuador, aquí hay una gran industria láctea que están trabajando en ese sentido y eso es una ventaja para todo el país en general.
Hay cambios estructurales que se han hecho en el gobierno para darle un giro mucho más natural a nuestros sistemas de producción. Así que con una política pública adecuada y nosotros teniendo la práctica, vamos a poder avanzar muchísimo.
Estamos con buenos ánimos como sector y lo importante es tener claro el horizonte. Pese a que estamos viviendo tiempos difíciles económicamente, luego de una de las peores pandemias de la historia, aquí estamos respirando, solo eso es una ventaja. Somos sobrevivientes económicamente y humanamente hablando, lo cual quiere decir que tenemos que estar aquí y debemos «ponernos las pilas» todos.
¿Qué mensaje compartirías con nuestros lectores?
Vemos un país que va a crecer bien, en la medida en que empecemos a velar por la comunidad. Creo que ese es el cambio que se va a notar ahora. La solidaridad tiene que verse en el día a día y se demuestra con respeto.
Lo que hemos vivido es una circunstancia y todos tenemos que poner de parte en forma positiva. No hay excusas, estamos vivos y tenemos todo por ganar.