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Pablo Arosemena: “debemos pasar a semáforo verde si queremos reactivación”

La emergencia sanitaria y económica que vive el país ha afectado a la actividad comercial en más de 13 mil millones de dólares. Ante los proyectos del Gobierno, del cobro anticipado de impuestos y la colocación de salvaguardias en algunos productos que provienen del exterior, Pablo Arosemena Marriott, Presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, comenta sobre las consecuencias que esto acarrea para el sector.

Sobre estos temas, conversó con Hernán Cueva, CEO de Metro Ecuador.

 

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¿Cómo ha afectado a Guayaquil estos 80 días de emergencia?

En esta doble cuarentena, casi 80 días de paralización, y con el paso paulatino a amarillo, fueron 64 días donde el sector productivo a nivel nacional tuvo pérdidas por más de 13 mil millones de dólares. De eso, el sector comercial representa el 45%, es decir, 6 mil millones. Estaríamos hablando de que el comercio, en los días de encierro total, perdió más de 1.600 millones.

Desde hace 17 días, con el semáforo en amarillo en Guayaquil, esas cifras empiezan a recuperarse y se ha logrado vender 1.935 millones de dólares, pero es un número lejano a lo que se hubiese logrado si no estuviéramos en esta situación.

Salir del encierro para la actividad comercial es el golpe que da a la informalidad, porque para bien o para mal, la actividad comercial informal nunca paró. La gente que quiso comprar encontró una solución en este tipo de comercio que no representa recaudación para el Estado.

Luego está el tema del empleo. Entre marzo y mayo se han perdido casi 200 mil empleos formales. Según una proyección del BID, en el Ecuador esa cifra podría llegar a medio millón de empleos perdidos en los próximos meses. Que eso se dé o no, depende de dos cosas.

La primera, de cuánto tiempo estemos o no en amarillo. Mientras más tiempo nos tome pasar a semáforo verde es más complicado salir adelante. Siempre he dicho que el semáforo rojo es equivalente a un impuesto al 100% de las ventas, por lo que tenemos que pasar a un semáforo verde de una manera más acelerada si queremos una reactivación.

El segundo elemento para que el desempleo no sea tan grande es qué hace el Gobierno: si ingresa o saca plata de la economía. Desafortunadamente, el Gobierno ha estado hablando de anticipar impuestos.

 

¿Qué representa eso para el sector?

Para mí es como un barco que se está hundiendo y algunos tratamos de remar rápido para llegar pronto a la orilla; y viene el Gobierno con esto de los impuestos y nos lanza un torpedo.  Ahorita lo que se necesita es que nos lancen un salvavidas, no un saco de cemento.

Además, hay otro elemento. La liquidez en el sector privado tiene un efecto multiplicador mucho mayor que en el sector público, por lo que nos conviene es que la escasa liquidez en el sector privado se mantenga y la plata gire. Pero cuando le quitas liquidez, agravas el problema.

Luego, esos recursos en el sector público nunca queda claro cómo son invertidos, más bien hay una serie de dudas sobre si esos recursos se malgastan o se despilfarran.

Durante la emergencia, ¿cómo la Cámara ha ayudado a sus socios?

La razón de ser de la Cámara, desde 1889, es crear valor a sus socios y a toda la ciudadanía. Desde lo micro, siempre velamos en cómo podemos ayudar al comerciante a generar rentabilidad, generándole contactos, capacitación, abrir sus canales de venta, entre otros aspectos.

Cuando arrancó la pandemia salimos con la propuesta «Salva un comercio», que consistía en adelantar venta de servicios apelando al corazón de la gente y la solidaridad comercial. Mucha gente nos dijo que estábamos locos con esa propuesta, pero son más de 1600 negocios que de otra manera no habrían podido sobrevivir. Hay peluquerías, por ejemplo, que gracias a este programa adelantaron hasta cinco mil dólares en diversos servicios hasta diciembre, con lo cual tuvieron liquidez para sueldos y gastos.

Lo otro tiene que ver con la representación gremial, la Cámara de Comercio de Guayaquil es una institución que siempre sale a defender los principios de libre comercio y de alguna manera abrimos el camino.

Ahora estamos en la lucha en el tema de las salvaguardias. Aunque parezca mentira, el Gobierno está pensando seriamente en poner salvaguardias para cierto tipo de productos que vienen del exterior.

Y estamos también con propuestas. Ahora estamos trabajando en el tema de «Comercio 24 horas». Salimos con esta propuesta desde enero, antes de la pandemia. La idea es que en Guayaquil, el comercio, el transporte y otros negocios puedan funcionar con ese horario. No quiere decir que todos abrirán 24 horas, pero algunos podrán abrir 2 horas más.

Por ejemplo, si cada uno de los minimarket, que son cerca de 100 mil, solo con dos horas más de atención, se generaría (siendo conservadores) más de mil millones de dólares en ventas, a nivel nacional.

Es por eso que extender los horarios es clave para aumentar la capacidad de venta de los negocios y evitar la aglomeración.

 

¿Hay alguna salida a los nuevos impuestos que se pretende colocar?

Las peleas hay que darlas y no es la primera ni la última que se logre que el Gobierno recule. De alguna manera, es un Gobierno que improvisa muchas cosas, no hay seguridad jurídica, no hay claridad en los temas. Sí confío que con el accionar de la Cámara de Comercio de Guayaquil, sumada a la vocería que hacemos desde la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador, vamos a poder evitar que coloquen las salvaguardias y evitar el decreto que pretende adelantar impuestos.

La Cámara, con más de 10 mil socios, cuando abandera un tema no lo suelta hasta el final. Nos parece inconcebible que en lugar de que el gobierno nos ayude, tenemos que defendernos para que no nos metan la mano al bolsillo.

Hacer negocios es difícil, pero hacerlos con un Gobierno que constantemente está viendo la forma de meter la mano al bolsillo, se torna más complicado.

 

¿Qué oportunidades hay de lograr consensos?

Una de las oportunidades que ahora tiene el Gobierno es manejar mejor la estrategia de comunicación. Muchas veces los gremios nos enteramos de lo que se va a hacer por la prensa, sin consensos. El Gobierno no tiene que pedirle permiso a nadie para hacer lo que quiera, pero está en el mejor interés de un Gobierno democrático que valide los temas con la gente que más conoce.

Si va a hacer algo que afecte el comercio, que mejor que primero hablarlo con los comerciantes. Creo que ahí está la oportunidad que tiene el Gobierno de tocar base, porque nosotros siempre vamos a poder decirles cuál va a ser el impacto real de la política pública que pretender implementar.

Todas las empresas grandes del país son socias de la Cámara, pero en Ecuador no existen muchas empresas de este tipo, más de 9 mil son pequeñas y medianas, pero son justamente ellas las que llevan el pulso a la economía y los gobiernos deberían aprovechar esa información que los gremios podemos transmitir.

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