Cabify busca impactar de forma positiva la calidad de vida de las personas, siendo la movilidad es sin duda uno de los factores que más influencia tiene en la misma debido a que tiene un impacto directo en el estrés y por ende la salud de los ciudadanos.
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Todos pasamos gran parte de nuestro tiempo moviéndonos de un lugar a otro, y esto suele ser un reto para los que viven en ciudades con grandes problemas de movilidad.
Es curioso como incluso se ha acotado un término en inglés que describe el impacto negativo de la mala movilidad en el estado de ánimo de las personas, ‘Road Rage’, pero en países latinos estamos tan habituados a esto que no tenemos un término similar y por ello creemos que la mala movilidad se ha normalizado en nuestros países, Cabify ha venido a cambiar esto como respuesta a esta necesidad en donde los vehículos limitan la calidad de vida de los habitantes, Juan de Antonio, joven emprendedor de origen español, inició esta aventura en busca de un mejor lugar para vivir.
ORIGEN DE CABIFY
En 2010 Juan intentó cambiar el impacto negativo de los autos introduciendo vehículos eléctricos en las ciudades europeas, pero pronto se dio cuenta de que llevaría este proceso llevaría unos cuantos años y que había oportunidad de atacar el problema desde otro ángulo: ofreciendo a los pasajeros comprar kilómetros en lugar de comprar un vehículo propio. Así surgió Cabify en 2011.
La misión de Cabify es convertir las ciudades en un mejor lugar para vivir, ofreciendo una alternativa sostenible al uso del auto particular y sensibilizando a los usuarios sobre los retos actuales de movilidad que se viven para que en conjunto logremos reducir el uso del vehículo particular.
Cabify no sólo pone en contacto al usuario/empresa con el socio conductor, sino que busca que los usuarios encuentren en Cabify el valor de dejar de poseer un vehículo para usar opciones de movilidad compartida.
Esto en conclusión significa que el espacio dedicado a estacionamientos, que representa un altísimo porcentaje en las ciudades en las que estamos, pueda aprovecharse para otras cosas como escuelas, parques o centros de salud.
En América Latina del 20% al 40% de la superficie de las ciudades está compuesta de estacionamientos y vialidades; es claro que estamos construyendo ciudades alrededor de los vehículos y no alrededor de las personas.