Los penaltis, el mayor enemigo de la historia reciente de la selección inglesa, castigaron a una rácana Inglaterra y alzaron el vuelo de Italia, que gana la segunda Eurocopa de su historia y se encumbra ante la afición de Wembley (1-1 (3-2)).
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La racanería inglesa, desatada desde el gol de Luke Shaw en el minuto dos, fue castigada por los dioses del fútbol en los penaltis, después de que Leonardo Bonucci lograra el empate y mandara el encuentro a la prórroga. En los lanzamientos, Gianluigi Donnaruma se vistió de héroe, paró dos penaltis y entonó el himno italiano en el templo inglés.
La primera Eurocopa para Italia desde 1968, la que le niega la gloria a Inglaterra 55 años después de su último título internacional, en una final que empezó prometiendo locura y acabó por todo lo alto.
No había otra manera de acabar la Eurocopa más loca de todas que con el gol más rápido de la historia de las finales. Menos de dos minutos tardó Inglaterra en enrabietar a su hinchada, loca por pegar saltos, quitarse la camiseta y celebrar algo 55 años después.
La felicidad se extendió hasta el segundo tiempo cuando el veterano Bonucci silenció Wembley, en un presagio de lo que se venía. La tanda de los penaltis favoreció a los cuatro veces campeones del mundo, quien desde esta instancia vuelve a acariciar la gloria después de su título en 2006 contra Francia.
La primera para Italia desde 1968, una puñalada al corazón inglés, que tendrá que seguir ansiando algo que rememore la gloria de 1966.
Gianluigi Donnarumma
El portero italiano fue elegido mejor jugador de la Eurocopa 2020, que coronó a la selección transalpina por segunda vez en su historia tras vencer en la final disputada en el estadio de Wembley de Londres a Inglaterra.
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El portero que ha terminado su contrato con el Milan y cuyo destino apunta al París Saint Germain, fue clave en el éxito de Italia. Detuvo dos lanzamientos en la tanda definitiva. A Jadon Sancho, el cuarto, y a Bukayo Saka, el quinto.
Donnarumma, de 22 años, ha tenido un papel fundamental para Italia en la consecución del éxito. Ha encajado cuatro goles en los siete partidos que ha jugado.
Ninguno en los tres partidos de la fase de grupos, uno contra Austria en octavos, otro contra Bélgica en cuartos, uno ante España en semifinales y uno frente Inglaterra en la final.
Además, su compañero de selección Leonardo Bonucci fue designado como el jugador más valioso de la final.