Fútbol

Uruguayos Almada, Sanguinetti y Favaro le cambiaron la cara a equipos ecuatorianos

El caso de Almada sorprendió el año pasado cuando logró que el Barcelona se hiciera con el título, después de debatirse durante toda la temporada entre el paraíso de los buenos resultados y el infierno de las deudas, que a punto estuvieron de provocar que descendiera de categoría.

Los técnicos uruguayos Guillermo Almada, Guillermo Sanguinetti y Eduardo Favaro tomaron las riendas de equipos ecuatorianos afectados por la crisis económica y futbolística y lograron que en poco tiempo puedan saborear el éxito.

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El caso de Almada sorprendió el año pasado cuando logró que el Barcelona se hiciera con el título, después de debatirse durante toda la temporada entre el paraíso de los buenos resultados y el infierno de las deudas, que a punto estuvieron de provocar que descendiera de categoría.

El entrenador aprovechó el 2015 para observar a jóvenes jugadores que le permitieran abaratar la inversión, y con un buen empaste en el terreno de juego con los más veteranos, consiguió ganar el título un año después.

Tras ganar ese trofeo en 2016 gracias a la promoción de varios jóvenes a la plantilla de titulares, el equipo llegó este año hasta la semifinal de la Copa Libertadores, a la que regresó después de 19 años.

Sin embargo, las deudas que heredó en los últimos 20 años la actual administración del Barcelona, siguen siendo el rival más duro de vencer.

Por el impago de deudas contraídas desde antes de que entrara la actual gestora del club la FIFA le restó seis puntos en el torneo actual, penalización que tiene el equipo fuera de la zona de clasificación a la Libertadores de 2018, pero con Almada y su equipo, no sorprendería que también alcance ese objetivo.

Por su parte, Sanguinetti fichó como entrenador este año por Delfín, que salvó la categoría en el último partido de la temporada pasada, y «armó»- sobre la marcha- un equipo con jugadores de poco brillo en otros clubes locales, con los que ganó la primera etapa y un histórico billete directo para la Copa Libertadores de 2018.

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Únicamente tres equipos han podido ganarle al Delfín: Guayaquil City, El Nacional, y Liga de Quito, quitándole la opción de la campaña perfecta al equipo, que nuevamente tiene opción de ganar la segunda etapa, y de lograrlo, se convertiría en campeón en forma directa.

El entrenador uruguayo transformó la mentalidad de los jugadores alternantes en figuras preponderantes, de un equipo que vivió en la desesperanza, a ser el primero de los ecuatorianos en clasificarse en julio pasado para el máximo trofeo continental del próximo año.

El tercer miembro del tridente de técnicos uruguayos, Favaro, al frente de El Nacional, ratificó que la mezcla de trabajo y motivación sacan lo mejor de cada elemento para devolverle la grandeza que tuvo el club, muy venido a menos en los últimos años.

De ser un equipo con proyección a pasar al descenso por la carencia de figuras y jugadores con experiencia, Favaro «armó» este año un cuadro con deportistas con poca trayectoria por su juventud y los tiene hoy soñando -con posibilidades reales- de ganar la etapa, pues se encuentra a tres puntos del líder, Delfín, que tiene 31.

Mientras Almada y Sanguinetti cuentan también con jugadores extranjeros, Favaro trabaja únicamente con ecuatorianos, pues El Nacional por tradición nunca contrató refuerzos extranjeros.

Suertes diferentes viven sus compatriotas Alfredo Arias, con Emelec, y Pablo Repetto, con Liga de Quito.

Arias lo tiene todo, desde un hermoso estadio a un gran plantel, y Repetto dirige al único local ganador de la Libertadores de 2008, Copa Sudamericana de 2009, Recopa Sudamericana de 2009 y 2010.

Aunque ambos tienen posibilidades para ganar la temporada, las actuaciones de sus equipos no terminan de consolidarse en la cancha.

Fuente: EFE

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