El colombiano James Rodríguez repitió una nueva final de la Liga de Campeones con el Real Madrid sin tener un solo minuto, en esta ocasión incluso siendo uno de los descartes de Zinedine Zidane para medirse al Juventus, en el que se perfila como su último partido de blanco y que cerró con una fría celebración.
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La temporada más complicada de James Rodríguez en el Real Madrid tocó a su fin sin tener la oportunidad de participar en la gran final de Cardiff. Zidane tenía que realizar hasta seis descartes y algunos iban a ser tan dolorosos como el del centrocampista colombiano.
Con la conquista de la duodécima, James vivió un momento de sentimientos encontrados. Con pocas ganas para la fiesta, buscando su sitio en la celebración, siempre con la bandera de colombia forzando una sonrisa para las fotografías que quedan para la historia con la copa en el césped y en el vestuario.
Aprovechó para buscar a su compatriota Juan Guillermo Cuadrado, darle un abrazo de ánimo para consolarle por su derrota y la expulsión que sufrió. Ese abrazo le costó dárselo a Zidane, el técnico que no le ha dado continuidad esta temporada y le ha hecho bajar en el escalafón de la plantilla madridista hasta los últimos puestos en minutos.
Zidane felicitaba a sus jugadores sobre el césped antes de recibir la copa de campeones. Zidane abrazó a Mariano efusivamente, cuando James decidió pasar de largo. El entrenador se dio cuenta del gesto, siempre comprensivo con los sentimientos de los jugadores que él mismo tuvo hace años, le llamó y le dio un abrazo, informa EFE.
El momento del abrazo entre Zidane y James quedó registrado en un video divulgado en redes sociales. La cuenta en Facebook El Chiringuito TV compartió el video.
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En varias oportunidades se ha especulado que el jugador y el entrenador tienen una «mala relación».
James participó de la celebración sobre el césped, captó imágenes en el vestuario pero no estaba para una gran celebración. «Un título más! Gracias a Dios. HALA MADRID», escribió añadiendo en las redes sociales la bandera de su país. Se le vio atravesar serio la zona mixta, uno de los primeros jugadores madridistas en subirse al autobús tras el que era su séptimo título en el Real Madrid y el que se perfila el último.