El Mundial de Fútbol Sub-20 de Corea tuvo una situación muy polémica que ha provocado la ira de Argentina. El encuentro entre Italia y Japón, dos rivales directos del conjunto argentino en la clasificación a los octavos de final, terminó en un empate 2-2 y una situación muy sospechosa.
PUBLICIDAD
El equipo italiano logró el punto que le llevaba a la clasificación a pesar del empeño de Japón, que consiguió equilibrar una desventaja de dos goles pero que no fue capaz de sumar los tres puntos para arrebatar a su rival la segunda posición.
Riccardo Orsolini, que marcó a los tres minutos, y Giuseppe Panico, que anotó a los siete, encarrilaron la victoria de Italia. Japón reaccionó y un doblete de Ritsu Doan estableció el empate al inicio de la segunda parte. Después, no aprovechó la situación para obtener la ventaja durante 40 minutos.
Hacia el final del partido, los italianos y japoneses se dedicaron a pasar el balón entre los defensores, y a no presionarse. Un «calambre» de Doan duró varios minutos en los que solo se desgastó el reloj.
La furia de los argentinos, liderados por el asistente del entrenador Héctor Úbeda en una radio local, se debía a que con el resultado, Italia ingresaba como segundo en el grupo D del Mundial de Fútbol Sub-20. Japón pasó como mejor tercero; esto afectaba la posibilidad de clasificar del equipo «gaucho», que también pelea como el tercer lugar.
De hecho, la selección y los medios de Argentina recordaron uno de los episodios más escandalosos de la historia del fútbol: en el Mundial de España 1982, Alemania y Austria se enfrentaban luchando por la calificación. El 1-0 alemán a los 10 minutos terminó dando más de una hora de toques a los costados. Los dos equipos se clasificaron y eliminaron a Argelia.
