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Néstor Nielsen llegó a los Juegos Olímpicos de Río 2016, en gran parte, gracias a la constante ayuda y motivación de su padre.
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El jinete uruguayo cumplió el sueño de su papá que deseaba verlo en la cita veraniega, aunque horas después su progenitor perdió la vida.
De acuerdo a medios charrúas, el conocido como «Tito» Nielsen convenció a su hijo para que no vendiera su caballo, pues «el equino te llevará muy lejos, no debes dudar de él», le comentó en una ocasión
Y así fue. Néstor, juntos al caballo Prince Royal Z, arribaron a Río 2016, donde se enfrentaron a los mejores 50 jinetes del mundo.
Desafortunadamente, el uruguayo finalizó en el puesto 42 de salto de equitación, una prueba en la que solo los primeros 35 obtienen el pase a la ronda final.
Nielsen finalizó su participación con 13 puntos de penalización, a los que se le sumaron 10 unidades de penalización que arrastraba de la fase anterior, por lo que el sueño olímpico terminó pronto.
Lamentablemente, horas después de su eliminación, Néstor recibió la triste noticia de que su padre había fallecido luego de verlo competir.
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Aunque el jinete cumplió el sueño de su progenitor de ver a su hijo competir en unos Juegos Olímpicos, el deceso de «Tito», exjinete reconocido mundialmente, pegó fuerte en su ánimo, por lo que viajó de emergencia para estar con su familia.
Cabe anotar que el padre de Néstor no viajó a Río de Janeiro, debido a que se encontraba delicado de salud, aunque siguió la aventura de su hijo a través de la televisión.