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Fiesta amarga: Las selecciones que perdieron una final en casa

Portugal se tomó revancha de la final que había perdido como local en 2004 y ahora le tocó a ellos amargar una fiesta.

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El Stade France de Saint Denis tenía todo preparado para albergar una fiesta. 81 mil personas repletaron el recinto parisino con la ilusión de ver campeonar a Francia en su casa. Pero la algarabía se transformó en desolación cuando Eder, ya muy avanzado el alargue, anotó el único tanto del encuentro y le dio la Eurocopa. 

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Los lusos olvidaron aquella dolorosa final que perdieron en casa el 2004 ante Grecia y ahora se transformaron ellos en los aguafiestas, dejando sólo caras largas en los seleccionados e hinchas franceses. Es que perder una definición en casa es un duro golpe y bien lo sabe Brasil, quienes hasta hoy recuerdan el 2 a 1 que les propinó Uruguay en 1950 en el Maracaná para la final del Mundial. 

Una historia de selecciones que han amargado la fiesta local que se repite a lo largo del tiempo y que a Brasil también le tocó serlo, cuando venció a domicilio a Suecia por 5 a 2 en el Mundial de 1958. Y si de humillaciones de local hablamos, bien cabe recordar, pese a que no fue en una final, el 7 a 1 que le propinó Alemania al Scratch en el Mundial de Brasil 2014. 

A nivel de torneos continentales de selecciones, también se han vivido derrotas de locales y el más claro ejemplo son las dos Eurocopa ya mencionadas, la caída de Francia ante Portugal y la de los propios lusos frente a Grecia en 2004. 

En Sudamérica, en tanto, sólo un equipo ha logrado amargar la fiesta de un local y fue Brasil al ganarle la final de la Copa América a Bolivia en La Paz con un contundente 3 a 1. Anteriormente, con el antiguo formato, muchas selecciones no habían podido celebrar en su casa, pero no era por perder una definición sino que por no alcanzar el primer lugar de una tabla en el que se enfrentaban todos contra todos. 

Ya en Asia, en la Copa Asiática de Naciones, el rol de aguafiestas ha corrido por parte de Arabia Saudita en 1996, al vencer por 4 a 2 en penales a Emiratos Árabes Unidos, y Japón en 2004, cuando le ganó a China por 3 a 1. 

Siguiendo el viaje, Ghana ha vencido en dos ocasiones a domicilio en la Copa de África, derrotando en 1965 por 3 a 2 a Tunez y al ganar en penales a Libia por 7 a 6 en 1982. Luego, en la edición del 2000 que organizaron en conjunto los nigerianos con ghaneses, Camerún venció a Nigeria en penales con un marcador final de 4 a 3, para quedarse con el trofeo y el clásico africano. 

 

Por último, en Oceania, Nueva Zelanda ha sido el encargado de amargar la fiesta de los locales y la primera vez que lo consiguió fue en 1998, cuando venció en la final de la Copa de Oceanía de Naciones por 2 a 0 a Australia. Ahora, en la edición de 2016, venció en su casa a Papua nueva Guinea por un 4 a 2 en penales. 

El caso de la Copa de Oro de la Concacaf es distinto, ya que siempre se juega en Estados Unidos, a excepción de las veces que han compartido sede con México o Canadá. En este caso, sólo cuentan las veces que les han ganado a los estadounidenses en una final y las tres veces ha sido México el que celebró de visita venciendo a los locales, en 1998, 2009 y 2011. 

Todas historias de escenarios que estaban preparados para ser una fiesta, pero que terminaron llenos de lágrimas y con la resignación de ver a un foráneo celebrando en su territorio, en su estadio. 

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