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Diego Simeone nunca dirigiría al Real Madrid o a la Selección de Brasil… o al menos, eso dice.
“Elijo quedarme sin la plata” respondió el “Cholo” cuando le preguntaron a qué equipo dirigiría si estos dos fueran los únicos que pudiera tomar.
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Es tanto el furor que ha causado el “Cholo” en la comunidad “atlética” que los cantautores españoles Chaito y Palosanto se unieron para componerle y cantarle una canción al DT argentino.
Se llama “Cholo Simeone” y en ella hay frases como “Tú, el mejor de todos los tiempos del ‘Atleti’ de Madrid”, mientras que el estribillo es un pegadizo: “Olé, olé, olé Diego Pablo Simeone”.
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Escuchen el tema aquí:
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Está muy agradecido con la exesposa de Diego Maradona, Claudia Villafañe, quien lo invitaba a comer todos los días cuando él tenía 22 años y vivía y jugaba en Sevilla, equipo por el que el “Pelusa” tuvo un breve paso en aquél entonces.
“Yo tenía 22 años, estaba solo y son cosas que no se olvidan”, indicó el “Cholo”.
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Su apodo, el “Cholo” es conocido por todos, no así su origen. Heredó el mote de su abuelo, Carmelo Simeone, el original “Cholo”, quien también fue futbolista y defendió los colores de Boca Juniors, durante una etapa muy exitosa en los años sesenta.
Diego y su abuelo comenzaron su carrera en el Vélez, y ahí Oscar Nessi, entrenador de las infantiles del equipo, le comenzó a decir “Cholito» por Carmelo Simeone.
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Uno de los momentos que le “rompió el corazón” a Simeone, fue cuando le contó a su hijo Giuliano, de entonces nueve años, que dejaría Argentina para irse a dirigir al Atlético de Madrid.
“Cholo” llamó al niño por teléfono y le contó de la oferta del equipo colchonero, entonces Giuliano le soltó: “Pero entonces, si ganas, no vas a volver más”.
“Ahí me mató. No supe qué decir”, confesó Simeone, convencido de qué en efecto, se iba a quedar largo tiempo en Madrid.
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Simeone tiene una larga y buena amistad con otro entrenador argentino: Antonio Mohamed. El “Cholo” y el “Turco” comparten una anécdota en la cual ambos llegaron tarde a un entrenamiento de los juveniles de la selección de Argentina por no saber qué autobús los llevaba al lugar del entreno.
Actualmente siguen en comunicación, hablan por chat y se felicitan por lo que cada uno logra.
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¿Qué piensa el “Cholo” de su futuro?
Desea seguir entrenando, mínimo, hasta los 65 años pues asegura que el fútbol es todo para él. De hecho asegura que una de las frases que más lo representan es: “El fútbol es mi vida”.
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Cuando era futbolista tenía la costumbre de cortarse el cabello justo antes de momentos importantes para él. Cuando se rompió los ligamentos en septiembre de 2001, en las vísperas de Corea – Japón 2002, decidió raparse antes de entrar a la operación porque estaba dispuesto a pelear por llegar al Mundial. “Tonterías de uno”, describió el “Cholo”.
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Estuvo cerca de perder un ojo en la Navidad de 2002. En aquella noche, Diego encendía petardos, pero olvidó separar las mechas que estaban juntas, la pólvora explotó y le cayó en el pómulo derecho. “Se me hinchó toda la cara. Sentí que había perdido la nariz, me asusté muchísimo”, contó Simeone.
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Antes de hacer un fichaje, Simeone se fija en los horóscopos de los jugadores, y no es broma. El propio “Cholo” lo confesó en entrevista hace un par de años:
“Sí (me fijo en los horóscopos). Porque las características, las personalidades son parecidas”.
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A los tres años, Diego y sus padres fueron de vacaciones a Mar de la Plata, y cuando papá lo envió de vuelta con su madre, que tomaba el sol, el niño se perdió. Después de tres horas de búsqueda lo encontraron de la mano de dos jóvenes.
Su padre le silbó y el “Cholo” de inmediato lo reconoció a él y a su madre, que ya estaban desesperados. Ese silbido se convirtió en una señal entra ambos.
“En un partido bravísimo, con Roma o Lazio, no recuerdo con quién, hubo una jugada fuerte. Nosotros estábamos muy cerca de la línea de cal, y yo vi que él se iba a seguir (se iba a barrer) con las dos piernas por delante. Pensé que lo mataba (al rival), entonces le mandé ese silbido, y fue un segundo para detenerse y dejar pasar la jugada”, contó el padre del “Cholo”.