El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, presentó hoy 7 de abril la nueva cara del puerto deportivo de Marina da Gloria, que albergará las pruebas de vela durante los Juegos Olímpicos de agosto próximo en esta ciudad brasileña.
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Tras unas prolongadas obras, esta área, continuación del conocido Parque de Flamengo, contará ahora con más plazas para barcos tanto dentro como fuera del agua, mejores redes de alcantarillado y electricidad, un techo con protección acústica y térmica (en sustitución a una antigua carpa que cubría el Pabellón) y una nueva zona de restauración.
La renovación de la zona, calificada de «éxito» por el alcalde y el también presente ministro de Deportes de Brasil, Ricardo Leyser, también facilitará el acceso a los que quieran pasear por el puerto deportivo, que antes tenía restringidas algunas partes a los dueños de los barcos.
«Estamos resolviendo un problema que en la práctica surgió desde la creación del Parque de Flamengo. O sea, hace cincuenta años. Este puerto, desde que fue creado el Parque de Flamengo, nunca llegó a ser un puerto deportivo público de hecho», explicó Paes.
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El presidente de la Confederación Brasileña de Vela, Marco Aurelio Sa Ribeiro, también satisfecho con el resultado, llegó a asegurar que las competiciones, previstas para dentro de cerca de cuatro meses, «ya podrían ser mañana».
«Creo que es un motivo de orgullo porque nuestro país pasa por una serie de dificultades económicas y políticas e incluso así estamos cumpliendo con ese compromiso con la comunidad deportiva mundial de entregar un evento de excelente nivel en 2016», sentenció.
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La renovación, que recibió una inversión totalmente privada de 70 millones de reales (unos 18,91 millones de dólares), estuvo motivada inicialmente por la necesidad de mejorar las instalaciones de cara a los Juegos.
La Marina de Gloria da acceso directo a la bahía de Guanabara, en la que se disputarán las competiciones de vela y cuya contaminación se ha convertido en una fuente permanente de polémica para los Olímpicos de Río.
El hecho de que las autoridades no consigan cumplir su compromiso de descontaminar toda la bahía de Guanabara de cara a los Juegos no preocupa al alcalde, que ve suficiente haber alcanzado el 60 % de limpieza para la celebración del evento deportivo.
«La bahía es un desafío para la ciudad pero no es una oportunidad perdida porque se hizo mucha cosa», afirmó Paes, que matizó que se trata de «un legado que todavía no está garantizado».
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El ministro de Deportes aseguró tener la «sensación de deber cumplido con anticipación, contrariando a muchas expectativas anteriores», y explicó que en la «recta final» el objetivo es «organizar las operaciones» de seguridad y cooperación entre las distintas fuerzas del orden y entidades.
Ricardo Leyser, que asumió el cargo hace apenas una semana tras la renuncia de George Hilton por la crisis política del país, expresó su tristeza por la poca visibilidad que tienen los avances en la organización de los Juegos en estos momentos.
«La crisis no nos ha permitido que consigamos mostrar (los avances) a Brasil y al mundo con la intensidad que queríamos. Este evento va a ser uno de los grandes casos de éxito en Río de Janeiro», concluyó.
A partir del 13 de julio, la gestión del puerto será asumida de manera exclusiva por el Comité Organizador, que pasará a coordinar la circulación de personas dentro del espacio, siguiendo las normas adoptadas en todas las instalaciones olímpicas.
La Marina de Gloria, que según explicaron los organizadores es el único puerto deportivo urbano del país, es un espacio público diseñado por la firma del desaparecido artista plástico Burle Marx, también responsable del proyecto original del Parque de Flamengo y de varios jardines públicos de Río de Janeiro.
Fuente: EFE