Con la elección prevista por consenso hoy, 26 de enero, del paraguayo Alejandro Domínguez como nuevo presidente hasta el 2019, la Conmebol busca sacudirse y dar vuelta la página a los escándalos de corrupción desatados en la FIFA en 2015.
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El Congreso extraordinario de la Conmebol comenzó a sesionar la mañana del martes en su sede de las afueras de Asunción y se espera que delibere por pocas horas para oficilizar la decisión sobre Domínguez y confirmar el apoyo al suizo Gianni Infantino como candidato a presidir la FIFA en reemplazo del suspendido Joseph Blatter.
El dirigente paraguayo, de 44 años, tendrá el enorme reto de reencauzar a la Conmebol de los desaguisados por corrupción que llevó a prisión a dos de los anteriores presidentes de la entidad del fútbol sudamericano mientras que un tercero está en libertad condicional en Estados Unidos.
Sus antecesores, los paraguayos Nicolás Leoz (87 años) está bajo arresto domiciliario en Asunción, su compatriota Juan Angel Napout (57) se encuentra en libertad vigilada en Nueva York y el uruguayo Eugenio Figueredo (83), preso en un penal de Montevideo.
Los tres, y otros 13 ex presidentes de federaciones asociadas a la Conmebol y la Concacaf (Confederación del Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol) están acusados por un total de 92 cargos entre los que se incluyen delitos relacionados a crimen organizado, fraude electrónico y conspiración para lavar dinero.
Pesos pesados del fútbol continental como los brasileños Paolo del Nero y Ricardo Teixeira también se encuentran bajo la lupa de la justicia estadounidense.
Los acusados también serán procesados por un esquema de enriquecimiento ilícito de 24 años a través de actos de corrupción en el fútbol internacional.