El Melburne Park reabre de lleno sus 26 pistas para poner en escena desde mañana, lunes 18 de enero de 2016, el primer Grand Slam de la temporada, el Abierto de Australia, al que aspiran conquistar los principales tenistas del circuito aunque pocas veces ha contemplado con tanta evidencia a un favorito, el vigente campeón, el serbio Novak Djokovic.
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El balcánico, actual número uno del mundo, encuentra en el torneo oceánico un evento adecuado a su antojo. Una pista, dura, en la que se desenvuelve como nadie y una nutrida experiencia como ganador. Djokovic afronta la edición del 2016 con cinco trofeos en su mochila. Es el tenista en activo con más éxitos en Australia. Uno menos, sólo, que el local Roy Emerson.
Djokovic, que echará a andar mañana mismo, contra el joven surcoreano Hyeon Chung, ha empezado el año con la misma autoridad con la que cerró el 2015. Ganó el torneo de Doha después de arrasar en la final al español Rafael Nadal.
Nadie pone en cuestión la condición de gran favorito del jugador de Belgrado, que ha demostrado estar instalado un peldaño por encima del resto en el pasado ejercicio.