A finales de los 70 y principios de los 80, Miami ardía en un mar de sangre, balaceras, cadáveres, explosiones, narcos, policías corruptos, millones de dólares en efectivo y toneladas de cocaína.
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Los llamados jinetes de la cocaína dejaban una ola de terror que llevaron a que una ciudad a la que ancianos iban a pasar sus años de retiro se convirtiera en la capital del asesinato en Estados Unidos.
Pero en medio del caos había un lugar surrealista y estrambótico donde mafiosos, oficiales y celebridades convivían en noches en las que el sexo, las drogas, el alcohol y el glamur corrían sin límites.
"Era un paraíso en medio del infierno", le dice a BBC Mundo el escritor y periodista Roben Farzad, autor del libro Hotel Scarface: where cocaine cowboys partied and plotted to control Miami", que se podría traducir como "Hotel Scarface: donde los jinetes de la cocaína iba de fiesta y conspiraban para controlar Miami .