El "gurú económico" del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, vivió en Chile al inicio de la década de los 80, cuando Augusto Pinochet había dejado en manos de los "Chicago boys" la economía del país.
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Casi 40 años después, Paulo Guedes asumirá el timón económico de la mayor economía de América Latina, convertido en un "superministro" al mando de las carteras de Hacienda, Industria y Comercio, Planificación y la secretaría encargada de Asociaciones e Inversiones del Estado.
Formado en la cuna del neoliberalismo, Guedes declaró su admiración por las políticas económicas de Pinochet-quien instauró un régimen militar tras un golpe de Estado en 1973-poco después del triunfo electoral.
"Los economistas de Chile, de Chicago, la universidad donde yo fui, hicieron 30 años antes que Brasil un Banco Central independiente, un cambio fluctuante, la responsabilidad fiscal, la privatización de estatales, un sistema previsional de capitalización y por eso Chile se convirtió en el país con la mayor renta per cápita de América Latina".
"Ahora nosotros lo haremos todo en democracia", cuando el nuevo gobierno dirigido por el excapitán de ejército Bolsonaro asuma la presidencia el 1 de enero.
La receta que ha promovido el inversionista y banquero gira en torno a principios como la apertura económica, la reducción del Estado, la baja de impuestos y las privatizaciones, para encarar el gigantesco déficit fiscal que está ahogando las arcas fiscales del país.
Tan convencido está de que su fórmula dará resultados, que prometió dejar el déficit fiscal "en cero" en apenas un año, algo que pocos economistas se atreverían a predecir.
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La cola del perro
Lejos de proponer reformas graduales y concertadas con otras fuerzas políticas, el estilo Guedes muestra la influencia de su gran mentor, Milton Friedman, quien en 1975 durante una visita a Chile, le habría dicho a Augusto Pinochet que para cortarle la cola a un perro hay que hacerlo rápido.
"No lo haga de pedacitos, hágalo de una vez".