El peruano Enrique Planas (Lima, 1970) pensaba que si tenía hijos, estos lo iban a alejar para siempre de su gran pasión: la literatura. Llantos, pañales y preocupaciones abortarían su carrera de escritor. "Dejé de ser adolescente a los 35 cuando nació Joaquín", confiesa. No imaginaba que la experiencia de criar lo llevaría recordar viejas historias y a crear nuevas.
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En su libro "Demasiada responsabilidad" (Randomhouse) colecciona crónicas que, a partir de hechos cotidianos, llegan a lo más profundo. Una mujer que barre la calle, ver James Bond con su padre, la fiebre alta de su hijo una noche de hospital, el fútbol, el día de la madre, los superhéroes, o extraños personajes que pululan por la ciudad, le sirven para llegar a temas esenciales: la fragilidad, el valor, la nostalgia, el amor. Lo hace con maestría, porque en pocas páginas, y a partir de una imagen, enfrenta a los lectores con la vida.
Planas, que es periodista cultural del diario peruano El Comercio, será parte de los invitados del Festival Hay Arequipa. Es autor de cuentos, ensayo, biografías y novelas como "Orquídeas del Paraíso", "Puesta en escena", "KimoKawaii". En 2011 fue catalogado en la Feria del libro de Guadalajara como uno de "Los 25 secretos mejor guardados de la Literatura Latinoamericana."
La primera crónica de tu libro habla de tu locura por los superhéroes.Dices: "Sueño con que mi hijo desarrolle el valor que yo no tengo. Quiero que sea mi propio héroe. Espero que, algún día, me salve de mí mismo". ¿De qué te tiene que salvar?
Que me salve de mí significa que uno piensa que los hijos van a darle un poco de significado a nuestras vidas. A veces tenemos este miedo a la muerte y la sensación de que al final, la única muestra de nuestro paso por la vida son ellos. Pero yo sí siento que él me salva todos los días de mí mismo.