Amanda Playle vivía una vida tranquila junto con su marido y su tres hijas pequeñas en un pueblo en la costa sur de Inglaterra cuando un día, en 2014, recibió un pedido de amistad en Facebook que le cambiaría la vida para siempre.
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"Era una invitación de un excompañero de colegio que fue mi novio", le contó la británica al programa de radio Outlook, de la BBC.
No le sorprendió la invitación porque a lo largo de los años él de vez en cuando la contactaba y luego desaparecía. "Pensé: ‘Hola, reapareciste’".
Al principio las conversaciones eran triviales: intercambiaban historias de vida y anécdotas de sus rutinas diarias.
Uno de los temas de conversación eran sus respectivos matrimonios. Él le preguntó si ella era feliz con su marido y ella admitió que después de 27 años juntos y con algunos altibajos, se estaba empezando a preguntar si realmente era lo que quería para su vida.
Amanda y su marido se habían conocido cuando tenían 16 años y crecieron juntos. "Éramos como uno", describe ella.
Su exnovio le preguntó si quería juntarse con él a tomar algo y ella le respondió que aunque las cosas no estuvieran bien con su marido, no le parecía una buena idea.
"Me daba cuenta por el tono de los mensajes que quería algo más que una amistad", recuerda.