¿Ya escuchaste la historia del pollo que le ayudó a una furgoneta a cruzar la frontera?
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Pues resulta que para evitar pagar los aranceles del 25% con los que Estados Unidos grava la importación de furgonetas y camiones ligeros, Ford utiliza un ingenioso truco.
Aunque la empresa automotriz es estadounidense, Ford fabrica su furgoneta más pequeña -la Transit Connect– en España y todos los años exporta decenas de miles de unidades a EE.UU.
Y para evitar el arancel en cuestión, que existe desde hace 55 años, les agrega asientos traseros y ventanas para que entren al país como "vehículos de pasajeros" -sujetos a un arancel de únicamente 2,5%- y se los quita una vez que pasan la aduana.
Se dice que la transformación de automóvil de pasajeros a furgoneta solamente tarda dos horas y media.
Y la estrategia le ha permitido a la compañía ahorrarse US$250 millones desde que comenzó a fabricar la Transit Connect en 2002, según una estimación del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.
¿Pero qué tienen que ver los pollos con ello?
