Cientos de personas mueren cada año a manos de la policía en Estados Unidos y generalmente se le presta mucha atención a un detalle: la alta proporción de personas negras en esta estadística. Pero hay otra inquietante tendencia de la que rara vez se habla.
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Poco después de las 05:00, tres policías de West Milwaukee, Wisconsin, irrumpieron en la casa de Adam Trammell, de 22 años. Un vecino les había llamado tras encontrarlo desnudo en el pasillo y hablando del diablo.
Los agentes lo encontraros de pie en la ducha, desnudo y desconcertado. Adam, a quien se le había diagnosticado esquizofrenia, estaba sufriendo una especie de crisis.
Según su padre, el joven tenía frecuentes delirios y alucinaciones, y ducharse lo calmaba cuando se sentía ansioso.
Adam no estaba armado y no parecía comportarse de una manera que supusiera una amenaza. Pero no salió de la ducha como le ordenó la policía.