Formado en Educación Física y con un inglés fluido, al brasileño Acácio Moreira, de 22 años, le sorprendió saber que no había superado el proceso de selección para ser entrenador personal en un gimnasio de Sao Paulo.
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Es un caso similar al del médico de la Fuerza Aérea Brasileña Renan Pires Negrão dos Santos, de 35 años, que dice que no le fue permitido trabajar en la Policía Militar de Sao Paulo en 2013 por un motivo que no tenía nada que ver con sus currículo: un tatuaje en un brazo.
"Superé la primera fase del proceso, pero fui eliminado durante la inspección de la piel en el examen médico. Cuando levanté la mano, quedó a la vista mi tatuaje y lo marcaron como irregular porque estaba en una zona que podía ser vista al usar el uniforme de entrenamiento, así que quedé descalificado", cuenta Santos.
Reconoce que en el anuncio del puesto se decía que prohibían los tatuajes, pero está en desacuerdo con la regla. "Si no son ofensivos, los tatuajes no pueden ser factores excluyentes en mi área de trabajo", opina.
En algunas situaciones, las empresas no llegan a vetar a los candidatos, pero les piden que escondan los tatuajes, a veces incluso con cinta.
BBC Brasil habló con trabajadores de una empresa de alquiler de autos y una red de farmacias que dicen tener miedo a perder su empleo si no siguen las recomendaciones.
Cintas para esconder los tatuajes
En las sucursales de la empresa de alquiler de autos Hertz en Sao Paulo, se pide a los empleados que cubran todos los tatuajes con esparadrapos de color beige.
En los días más calurosos, cuando usan camiseta de manga corta o falda, se pueden ver estos "apaños" en las piernas, brazos y dedos.