Al norte de Mozambique, sobre un monte escarpado al que solo se llega escalando una pared de 125 metros de alto, había un bosque que había permanecido inexplorado y oculto a la ciencia. Hasta que, a más de 8.000 kilómetros de distancia, un biólogo británico lo encontró en su computadora.
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Julian Bayliss escudriña desde hace años el continente africano a través de Google Earth en busca de territorios recónditos que alberguen ecosistemas por descubrir.
Así fue como este profesor de la Universidad de Oxford se topó con el Monte Lico y el bosque de un kilómetro de largo que se extiende sobre él.
"Lo que me impactó del Monte Lico (en la pantalla de la computadora) era que tienes una montaña como de papel, con la base intacta y un bosque de buena calidad, rodeada de tierras con muchos cultivos", le explicó por teléfono Bayliss a BBC Mundo.
"Eso es raro porque, si hay muchos cultivos a lo largo de la base de la montaña, uno asume que el bosque ha sido alterado de alguna forma porque la gente necesita recursos… Pero el hecho de que pareciera intacto, me hizo pensar que tal vez nadie había subido".