Fue como enfrentarse al taladro de un dentista, pero 100 veces peor".
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Así es como el triatleta y plusmarquista de la especialidad Ironman, Tim Don, describe la sensación de tener cuatro tornillos de titanio incrustados en la cabeza durante tres meses.
Todo fue a raíz de un accidente que sufrió el año pasado cuando entrenaba en bicicleta. Un automovilista lo arrolló y le provocó una rotura en la vértebra C2 en el cuello.
Y ante la posibilidad de ver truncada su carrera, el británico de 40 años optó por una dolorosa solución sugerida por su doctor, también triatleta como él.