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Una matanza de animales que causó indignación y repulsa.
Una multitud de personas -con hachas, garrotes, cuchillos y palas en mano- se lanzó el pasado sábado a una cacería que se cobró la vida de casi 300 cocodrilos de una reserva en la provincia indonesia de de Papúa Occidental.
La masacre estuvo motivada por el caso de un hombre que se cree murió tras ser atacado por un cocodrilo.
La policía local dijo que no pudieron hacer nada para detener la matanza, pues los atacantes superaban en número a los agentes.
Es probable que se presenten cargos contra los involucrados, pues en Indonesia la matanza de especies protegidas es considerada un crimen que se castiga con multas e incluso cárcel.