Desde las calles de Montmartre hasta las obras de arte del Louvre, París tiene una reputación de belleza y cultura.
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Pero la niebla mezclada con humo se ha vuelto tan densa que hasta se puede sentir en el cuerpo.
La congestión de vehículos y los altos niveles de contaminación del aire hacen que, en ocasiones, sea difícil distinguir la Torre Eiffel en medio de la neblina gris.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha convertido la guerra contra la polución en uno de los ejes centrales de su gestión. Su estrategia incluye nuevas medidas como sacar de circulación los vehículos más antiguos y eliminar los que utilizan diésel.