A Sam le diagnosticaron trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a los 44 años.
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Llevaba toda una vida enfrentando dificultades, con "una ansiedad casi constante". No lograba, por ejemplo, mantener un puesto de trabajo estable.
"Llega un punto en el que ya no aguanto más", le cuenta esta británica al programa Victoria Derbyshire de la BBC.
"Siempre pensé que se debía a que no tenía fuerza de voluntad, a que no podía sobrellevar situaciones estresantes".
"O me aburro demasiado o me frustro de más o de verdad pienso que estoy haciendo un trabajo tan malo que es mejor aliviar a mis jefes".
Ahora Sam forma parte del creciente número de adultos en Reino Unido que son diagnosticados con TDAH, un trastorno mayoritariamente identificado en la infancia.
Los adultos son, de hecho, el grupo demográfico que más está creciendo entre los pacientes diagnosticados.
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Ahora Sam toma una pastilla al día, un estimulante de acción lenta, que lo ha cambiado todo.
"Al principio me daba un poco de miedo porque pensé que esto se convertiría rápidamente en algo de lo que tendría que depender para toda la vida", cuenta.
"Pero desde la perspectiva de sobrevivir al día a día, ha cambiado totalmente mi vida".