Irlanda se pronunció este viernes sobre el que muchos consideran uno de sus "últimos tabús": la legalización del aborto.
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Cerca de 3,2 millones de irlandeses estaban llamados a las urnas para participar en el referendo que puede acabar -o mantener- una de las leyes sobre el aborto más restrictivas de Europa, que únicamente permite esta práctica en caso de riesgo para la vida de la madre.
El gobierno irlandés publicó un borrador de ley que, de ganar el sí, permitiría la interrupción voluntaria del embarazo a demanda de la madre -sujeta a consulta médica- durante las primeras semanas de embarazo.
El recuento oficial de votos se realiza este sábado, pero dos encuestas a pie de urna ya apuntaron este viernes a que una abrumadora mayoría (entre 68 y 69%) habría apoyado la reforma de la Constitución para liberalizar la legislación vigente.