Ya lo dice el refrán: desayuna como un rey, almueza como un príncipe y cena como un mendigo. Y ahora lo certifica la ciencia.
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Los científicos han vinculado los horarios de nuestras comidas con los ritmos circadianos de nuestro cuerpo, los cuales pueden tener que ver más con nuestro peso de lo que se creía hasta ahora.
¿Estamos comiendo a la hora que más le conviene a nuestro organismo?
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Un estudio de la Facultad de Fisiología de Murcia concluyó que las mujeres que adelantaron los horarios de sus comidas perdieron más peso que aquellas que tenían horarios más tardíos.
Otra investigación, esta vez de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) precisó que desayunar más tarde estaba relacionado con un índice de masa corporal más elevado.