Las guerras civiles en Siria y Yemen, junto a la rivalidad De las principales potencias mundiales (Estados Unidos, Rusia y China) han puesto el foco de atención en el comercio mundial de armas.
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No sorprende que sea hoy una próspera industria global que, según dijo a la BBC Pieter Wezeman, investigador del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), mueve US$100.000 millones al año.
De acuerdo con las últimas cifras del Instituto, las ventas de armamento pesado entre 2013 y 2017 fueron un 10% mayores a las registradas entre 2008 y 2012.
Un mercado en alza en el que Estados Unidos consolida su posición de liderazgo como primer exportador global de armas.
El SIPRI calcula que EE.UU. concentra el 34% de las ventas mundiales, una cifra que era del 30% hace 5 años y que ahora se encuentra en su nivel más alto desde finales de la década de 1990.
"Estados Unidos ha estado abierto a suministrar armas a una amplia variedad de receptores y hay una gran número de países listos para adquirir armas de EE.UU.", afirma Wezeman.
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Las ventas de Estados Unidos son un 58% superiores a las de Rusia, el segundo exportador mundial.
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Y mientras que los estadounidenses aumentaron sus exportaciones hasta un 25% entre 2013 y 2017 respecto al lustro anterior, las de Rusia se redujeron un 7,1% en el mismo periodo.
Son los estados de Medio Oriente los que han sido los principales clientes de Estados Unidos —Arabia Saudita encabeza la lista— y esa región se llevó casi la mitad de las exportaciones de EE.UU. entre 2013 y 2017.
Son tres los factores principales detrás del buen momento del mercado armamentístico.
1. La guerra civil de Yemen
Las importaciones de armas en Medio Oriente se duplicaron en los últimos 10 años, impulsadas por los conflictos abiertos en la zona, principalmente las guerras civiles de Siria y Yemen, descritas por Naciones Unidas como los peores desastres humanitarios causados por el hombre del mundo.