Kim Hak-song, Tony Kim y Kim Dong-chul regresaron a Estados Unidos tras su paso por uno de los sistemas de prisiones más secretos del mundo: el de Corea del Norte.
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Los tres fueron recibidos por el presidente Donald Trump y su esposa Melania cuando aterrizaron en una base aérea cerca de Washington D.C.
Su liberación, tras meses de encarcelamiento y trabajos forzados, se la anota Trump como un gran logro diplomático.
En los campos de internamiento para presos políticos, los reos son sometidos a torturas y muchos norcoreanos son condenados a cadena perpetua sin poder tener ningún contacto con el mundo exterior, según dice la ONU en un informe de 2014 sobre la situación de derechos humanos en Corea del Norte.
Unas 120.000 personas fueron encarceladas en Corea del Norte sin un juicio justo por razones políticas, según el Comité para Derechos Humanos en Corea del Norte (HRNK) basado en Estados Unidos.