Las siglas "FMI" tienen un valor especial en Argentina. Se leen en grafitis, en poemas, en las mesas de bares de mala muerte.
PUBLICIDAD
Son las iniciales del Fondo Monetario Internacional, una organización internacional de 189 países creada en los años 50 para promover "la estabilidad financiera y la cooperación monetaria internacional".
Este martes, el presidente argentino, Mauricio Macri, anunció en un escueto mensaje por televisión que su gobierno va a iniciar conversaciones con el FMI "para que nos otorgue una línea de apoyo financiero".
Los profundos desbarajustes de la economía argentina quedaron en evidencia durante la última semana, cuando el peso se desplomó debido a una fuga de capitales hacia Estados Unidos.
En solo una semana, el peso argentino perdió 15% de valor, las tasas de interés tuvieron que ser subidas a 40% y el Banco Central perdió casi US$5.000 millones de sus reservas en un intento de contener al dólar.
En un momento de fugas, el país, cada vez más dependiente del financiamiento externo, necesitaba una inyección de capital para mantener la estabilidad.
Por eso Macri -que atribuyó la turbulencia al contexto internacional y al "desastre" heredado del gobierno de Cristina Kirchner- acudió a la receta menos deseada, aquella que su ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, descartó hace apenas un año.
La efe, la eme y la i volvieron a boca de todos.