Lo que busca este martes el modesto club Les Herbiers es algo que ningún equipo ha logrado en el fútbol francés y posiblemente en ninguna parte del mundo.
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Y si convertirse en el primer campeón de tercera división de la Copa Francia fuera poco, hacerlo frente al París Saint-Germain elevaría la proeza a cotas que jamás se han imaginado desde que el balón comenzó a rodar hace ya más de 150 años.
No por nada se considerada la final más desequilibrada de la historia.