"En el peor momento, incluso tener sexo cinco veces al día no era suficiente", admite Rebecca Barker, una madre británica de tres niños.
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Su comportamiento compulsivo apareció después de haber tenido a su tercer hijo y en 2014 dice que perdió el control de su vida por una adicción al sexo que acabó arruinando la relación con su pareja.
Barker dice que le proponía constantemente a su pareja tener relaciones sexuales.
"Era literalmente lo primero en lo que pensaba al levantarme. No podía sacármelo de la cabeza", le dijo la mujer de 37 años a la BBC.
"Yo sentía que todo me hacía pensar en eso. Creo que estaba vinculado a mi depresión y a la falta de serotonina. Yo sentía que el cuerpo entero me lo pedía".