Hasta su apodo fue utilizado con una enorme carga sexista, pero su mención toma relevancia para destacar la importancia de la atleta holandesa Fanny Blankers-Koen, la primera gran deportista olímpica de la historia.
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La espigada corredora, conocida como la "ama de casa voladora", desafió todo tipo de críticas en su contra para convertirse en la gran sensación de las Olimpiadas de Londres en 1948, siendo la primera mujer en ganar cuatro medallas de oro en unos juegos.
Lo hizo a la edad de 30 años, siendo madre de dos hijos y con tres meses de embarazo.
"Recibí muchas cartas malas, con gente escribiendo que debería quedarme en casa con mis hijos y que no se debería permitirme correr en la pista con, ¿cómo lo diría?, pantalones cortos", recordó Blankers-Koen, en una entrevista con el New York Times en 1982.
"Un periodista escribió que era demasiado vieja para correr y que debería quedarme en casa para cuidar a mis hijos".
"Cuando llegué a Londres lo señalé con el dedo y le dije: ‘te voy a mostrar’", comentó.