En reuniones familiares, restaurantes o fiestas, especialmente en barrios de clase media o alta de las grandes ciudades mexicanas, no es difícil encontrar a personas que dicen que no votarán por Andrés Manuel López Obrador.
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Es el candidato de la coalición izquierdista Juntos Haremos Historia y busca por tercera vez ganar las elecciones presidenciales en México.
Lo que llama la atención son las razones que dan muchos de ellos para no apoyar a quien cuenta con una enorme base de apoyo entre los electores y desde el inicio de la contienda encabeza todas las encuestas: dicen, entre otras cosas, que defiende políticas radicales y que sus seguidores "son nacos".
En México esa es una forma despectiva de llamar a personas con poca educación y mal gusto.
La "Pejefobia" es un concepto acuñado por el investigador Hernán Gómez Barrera, del Instituto Mora.
Describe el miedo al "Peje", mote con el que se conoce a López Obrador por el pez llamado pejelagarto, que habita en el estado de Tabasco, donde nació el candidato.
Las descalificaciones hacia López Obrador aumentan conforme avanza en las encuestas, algunas de las cuales le ubican primero con un promedio de 43 puntos porcentuales.
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Pero a diferencia de otras elecciones, ahora las reacciones en contra la "Pejefobia" aparecen casi de inmediato.
Por ejemplo, en las redes sociales, donde con etiquetas como #AMLOVE los seguidores de López Obrador suelen contrarrestar las críticas hacia el candidato.
Es una estrategia que resultó efectiva en el primer debate de los aspirantes a la presidencia mexicana el pasado 22 de abril.
El candidato de Juntos Haremos Historia fue el más mencionado en Twitter: más de un millón de mensajes hablaron de él, según la consultora Narrative.Tech.
Clasismo y discriminación
Detrás de la "Pejefobia" existe un sentimiento "irracional de exaltado desprecio, antes que una postura política razonada" dice el investigador Gómez Barrera.
Se ve en internet, donde los cuestionamientos al candidato de la izquierda suelen acompañarse de insultos y descalificaciones.
"Una gran cantidad de argumentos y opiniones tienen una carga pasional muy fuerte", explica el académico a BBC Mundo.
"Se refieren a cuestiones como que López Obrador es inculto y habla mal; se burlan de su acento sureño o de que sea alguien que no estudió en universidades extranjeras".
Y es que el candidato de izquierdas nació en el pueblo de Tepetitlán, en Tabasco (sureste de México).
Sus padres tenían una pequeña tienda en esa localidad, en la que la principal fuente de ingresos es agricultura y que cuenta con algunos ranchos ganaderos.
López Obrador siempre estudio en escuelas públicas y se graduó en la carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En los inicios de su carrera política trabajó en comunidades indígenas, especialmente en la región del pueblo Chontal en Tabasco.
Su labor con los más desfavorecidos ha sido una constante a lo largo de su carrera e incluso en 2006, durante la primera contienda presidencial en la que participó, uno de sus lemas fue "Primero los pobres".
Esa es una de las facetas que más critican sus detractores, además de el hecho de que, aunque terminó la carrera en 1976, no obtuvo su título hasta 1987.
Ese un dato que suele recordarse cuando el candidato aborda temas de educación en su campaña.
Racismo
Hay quienes también lo cuestionan por su color de piel.
Y es que la "Pejefobia" tiene un alto contenido de discriminación y clasismo, que es uno de los rasgos de la sociedad mexicana, dice Gómez Barrera.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) de México, el 72% de los ciudadanos reconoce que hay racismo en el país.
Y poco más de la mitad, el 55%, dice que en México suele insultarse a las personas por el color de su piel. Eso son elementos que influyen en los procesos electorales como el de 2018.
"La Pejefobia es un fenómeno preocupante, es un sentimiento irracional", asegura Gómez Barrera.
Según él, el fondo del problema es el temor de algunos, sobre todo entre las clases alta y media, a que gobierne una persona "de procedencia social baja o relativamente humilde".
La creencia generalizada, añade, es que gobernar el país es un tema reservado para las élites.