Palma, en la isla de Mallorca, se convertirá en la primera ciudad española en prohibir el arriendo de viviendas que sean departamentos a turistas.
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El objetivo es frenar la escalada especulativa de los precios de compra y alquiler de esos inmuebles.
"Existe un paralelismo entre la evolución del fenómeno de los alquileres vacacionales y el aumento de los precios del alquiler residencial", dijo José Hila, jefe de Urbanismo de la ciudad mediterránea.
"Todas las ciudades europeas están siendo transformadas de un día para otro por esta oferta. Hay que poner orden, habrá alquiler vacacional en Palma, pero donde lo tiene que haber", agregó.
La medida entrará en vigor a partir de julio.
En esta ciudad de algo menos de medio millón de habitantes, entre 2015 y 2017 la cantidad de departamentos no regulados que se arrendaban a turistas aumentó 50% hasta alcanzar las 20.000 unidades, mientras que solo existen 645 licencias para este tipo de actividad.
La primera medida que las autoridades pusieron en práctica el año pasado fue prohibir los avisos de alquiler de departamentos a turistas en sitios de internet como Airbnb.
Ahora por primera vez, la ciudad veta de manera global los pisos turísticos.