Vicky Willis todavía recuerda claramente el día que la separaron de su hermana.
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"Sólo recuerdo haber empacado todo y subirme al automóvil. Lloramos. No había marcha atrás", dice.
"Me pareció injusto porque no habíamos hecho nada malo para que nos separaran. Nos apartaron y eso fue todo".
Vicky tiene 19 años y tenía cuatro cuando ella y sus dos hermanos pasaron al cuidado de los servicios sociales de Reino Unido por negligencia.
Cinco años después, a los 9, fue separada de su hermana mayor Pip, de quien era muy cercana. "Éramos como las mejores amigas. Siempre andábamos juntas, íbamos al parque".
La trasladaron cerca del lugar donde se encontraba su hermano, en la ciudad de donde eran originarios, pero Pip fue llevada a Oxford, una ciudad ubicada al norte de Londres.
Vicky cuenta que le costó mucho estar sin su hermana porque era quien la cuidaba.
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"Sentí que me robaban a alguien que no me debían quitar".
Actualmente vive con su hijo Louie, quien tiene dos años.
Dice que su hermana le provocó celos: "Su acento cambió. Se volvió sofisticada. Se transformó. Yo no cambié. Ella se mudó a una nueva área con una nueva familia", indica.
"Dependíamos la una de la otra"
Pip dice que amó la familia que la acogió, pero que hubiese preferido estar con otra si eso significaba quedarse con sus hermanos.
Su familia sustituta había planeado cuidar sólo a un niño. Por eso no fue posible que Vicky se mudara con ella.
Sobre su hermana menor, Pip dice: "Nosotros teníamos un vínculo y nos mantuvimos unidas. Nos teníamos mutuamente. No tuvimos una buena trabajadora social en ese momento, por lo que dependíamos la una de la otra".
"Me tuve que mudar de una pequeña localidad a una ciudad grande. Estaba a tres horas en automóvil de Vicky. Me desconecté de todo. Los servicios sociales nos organizaron fines de semana. Pero no era lo mismo".