En septiembre de 1971 hubo una fiesta en los cuarteles generales del MI5, la oficina de inteligencia del gobierno británico. La razón del festejo: "Operación Pie", que significaba la expulsión de Reino Unido de 105 funcionarios rusos acusados de espionaje.
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Los espías habían hecho y deshecho a su gusto en el país durante gran parte de los años 60. Había tantos que el MI5 a duras penas podía controlar sus movimientos.
Esa expulsión fue un gran golpe del que la KGB, la agencia de inteligencia de la Unión Soviética, nunca pudo recuperarse.
En ese momento, aunque los aliados felicitaron a Reino Unido ninguno siguió su ejemplo.
Ahora, más de cuatro décadas más tarde, más de 20 países se han solidarizado con Reino Unido y han expulsado a cerca de 120 diplomáticos rusos. Pero, ¿será el impacto tan grande como lo fue entonces?
La razón de esta expulsión masiva fue el envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, el pasado 4 de marzo en la localidad de Salisbury, en el sur de Inglaterra.