Momofuku Ando ayudó a que Japón saliera de la hambruna de posguerra al inventar una novedosa sopa instantánea de pollo y fideos, lista para comer con solo añadir un poco de agua.
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"Iba caminando cuando vi una fila de gente de 20 o 30 metros frente a un puesto de comida -apenas iluminado- desde el cual se levantaban nubes de vapor", escribió el empresario en su autobiografía titulada "La historia de la invención del ramen instantáneo".
"La gente, que estaba vestida con harapos, tiritaba de frío mientras esperaba su turno. La persona que estaba conmigo me dijo que estaban haciendo fila para conseguir un tazón de ramen", refiriéndose al tradicional caldo japonés.
Ando pensó que unos simples noodles sin sabor no resolverían el problema del hambre. Lo que él quería era crear una sopa con fideos que fuera sabrosa, barata y muy simple de preparar.
Obsesionado con esa idea, estuvo ensayando en una cabaña de Osaka distintas fórmulas para lograr ese producto que le quitaba el sueño.