El niño logró escapar de su casa el pasado sábado, en Tucson, Arizona, Estados Unidos. Entró a un comercio y pidió hablar por teléfono.
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Su aspecto "desaliñado" y su corta edad llamaron la atención del empleado de la tienda, quien llamó a la policía.
A continuación, las autoridades policiales fueron hasta la casa del niño y se encontraron con un panorama desolador.
Otros tres niños de entre 6 y 12 años "estaban en habitaciones separadas, que estaban cerradas desde el exterior, a oscuras, sin acceso a comida, agua, o instalaciones de baño", dijo el martes el departamento de policía del condado de Pima.
Afirmaron que esta situación se repetía "por hasta doce horas seguidas de forma regular".
Una de las habitaciones tenía una cubeta que funcionaba como baño, añadieron las autoridades.
La policía dijo que los niños, todos hermanos biológicos adoptados por una pareja, no se daban cuenta de que las condiciones en las que vivían eran inusuales. Eran excelentes estudiantes y no reportaron problemas en la escuela.
A raíz de esta situación, los padres adoptivos, Benito y Carol Gutiérrez, de 69 y 64 años respectivamente, fueron arrestados y acusados de abuso infantil.