Hasta seis años de cárcel.
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Este es el castigo que Islandia quiere imponer a quienes practiquen la circuncisión masculina por razones que no sean exclusivamente médicas.
El controvertido proyecto de ley presentado a principios de mes por una diputada del derechista Partido Progresista está ahora siendo considerado por el Parlamento islandés.
El debate puede demorar meses, pero si la propuesta resulta exitosa, Islandia se convertiría en el primer país europeo que declara ilegal esta práctica.
Tanto judíos como musulmanes —que cumplen desde tiempos milenarios el ritual de cortar una porción del prepucio del pene en los recién nacidos— condenaron el proyecto de ley, argumentando que infringe su libertad religiosa.
La circuncisión "es de hecho parte de nuestra fe. Es algo que concierne a nuestra religión y creo que esto es una suerte de violación, como una contravención a la libertad religiosa", le dijo a la BBC Ahmad Seddeeq, imán del Centro Cultural Islámico de Islandia.
Se estima que en este país hay cerca de 250 ciudadanos judíos y alrededor de 1.500 musulmanes.
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Motivos
¿Pero qué hay detrás de esta polémica propuesta?
Según los impulsores del proyecto, la circuncisión viola los derechos de los jóvenes y es incompatible con la convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de los niños.