Cuando los transeúntes caminan por las calles de la ciudad de Gaza, se encuentran constantemente un cartel que dice "La dignidad no tiene precio".
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Pero lo cierto es que miles de refugiados palestinos temen que la reciente decisión de Estados Unidos de retener la ayuda que recibían esos territorios por más de US$65 millones (que podría aumentar a los 290 millones) podría afectar los servicios básicos de los que dependen la mayoría de ellos.
"La UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) no solo nos dio comida, ropa, educación y atención médica, sino también un trabajo y oportunidades para las familias", explica a la BBC Najwa Sheikh Ahmed, oficial de información de la agencia.
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Najwa nació en el campo de refugiados de Jan Yunis y se crió en condiciones muy difíciles.
Se mudó al campamento de Nuseirat cuando se casó con su esposo, que también es miembro del personal de UNRWA, con quien tiene cinco hijos.
Cuando los visito, pasamos por calles estrechas hacia la clínica local, pintadas con los colores azul y blanco de la ONU, para que Najwa pueda hacerse una revisión médica.
Observo a su hija mayor, Salma, que sobresale en una clase de inglés. Ella es una de los 270.000 estudiantes de la Agencia en Gaza.