"No somos ni ladrones, ni imitadores. Como diría Steve Jobs, parafraseando a Picasso: ‘Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban’".
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Giacomo y Vincenzo Barbato no tienen dudas: la marca Steve Jobs les pertenece a ellos, no a Apple, la empresa de tecnología creada por el emprendedor estadounidense, ni a sus herederos.
El Instituto de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, un organismo de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (OPIUE), está de acuerdo con los hermanos napolitanos.
De hecho, les dio la razón en el proceso judicial que enfrentaron y ganaron contra la gigante de la tecnología.
Todo comenzó en julio de 2012, cuando los dos emprendedores decidieron registrar una marca con el nombre del célebre pionero tecnológico.
"Queríamos crear algo innovador que fuera un homenaje al genio de nuestro tiempo. Jobs es el Leonardo da Vinci de la época moderna. Hicimos varios estudios de mercado y encontramos que hasta ese entonces Apple no había registrado el nombre de su fundador.
"Nosotros lo hicimos y poco tiempo después recibimos cuatro carpetas llenas de documentos y una carta en la que se hablaba de US$1.000 millones de compensación por daños", recuerdan los hermanos en una entrevista con BBC Brasil.
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Mil millones de dólares en daños no representaba nada comparado con las futuras posibilidades. Basta imaginar la comercialización de una marca de teléfonos inteligentes llamada "Steve Jobs" utilizando el sistema Android, en lugar del iOS, y el costo que significaría para Apple esta batalla perdida en términos de su imagen.
Batalla por el logotipo
Esta no es una hipótesis absurda, dado que los empresarios italianos ya habían anunciado que en enero de 2018 lanzarían productos electrónicos bajo su nueva marca.
Por otro lado, si ganaban el caso judicial tendrían todo el derecho de hacer eso. "La oposición es rechazada en su totalidad", afirmó la conclusión del caso el 28 de febrero de 2014.