A Sheryl Sandberg, destacada autora y directora de operaciones de Facebook, le preguntaron recientemente cómo los empresarios deberían administrar sus marcas personales.
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Su respuesta fue inesperada.
"Uno no tiene una marca", respondió durante la sesión de preguntas y respuestas en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania en mayo de 2017.
"Me preguntan eso mucho, y me estremezco cada vez. Crest tiene una marca. Perrier tiene una marca. La gente no es tan simple. Cuando somos empaquetados, somos ineficaces e inauténticos".
Lo que cada uno de nosotros tiene es una voz, agregó, que puede ser compleja, contradictoria y a veces equivocada.
¿Su consejo? No te "empaquetes" como si fueras un producto. Sólo habla de manera honesta, apegado a los hechos y desde tu propia experiencia.
Sandberg es una de las figuras más poderosas en redes sociales, las mismas que han ayudado a que la idea de una marca personal esté por todos lados.
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Entonces, ¿pasó de moda esa idea?
Sandberg podría haberse adelantado al considerarla como absurda y deshumanizante.
La autopromoción
El concepto de crear una marca personal viene desde hace varias décadas.
En 1997, Fast Company publicó un artículo titulado The Brand Called You ("La marca llamada Tú") que popularizó el concepto, con el argumento de que no sólo las celebridades o los directores ejecutivos deben moldear cuidadosamente su imagen, sino todo el mundo.
El aumento de la autopromoción y de alianzas de marcas en los medios sociales significa que ahora es casi automático que la gente quiera crear su marca personal: reflexionar sobre la imagen que proyectan en internet y la impresión que causa a amigos, clientes, colegas e incluso potenciales empleadores o patrocinadores.
Ese énfasis en presentar una fuerte imagen pública se manifiesta sobre todo en tiempos de incertidumbre económica; una creciente y muy competitiva "economía de trabajo temporal" ha convertido los perfiles digitales en una parte fundamental del acaparamiento de oportunidades laborales.
"Cómo crear una marca personal se enseña ahora en Kazajistán, Egipto e incluso Camboya. En todo el mundo, asesores laborales le están diciendo a la gente que identifiquen tres o cuatro palabras que reflejan su auténtico yo", cuenta Ilana Gershon, profesora asociada de antropología en la Universidad de Indiana en Bloomington.
Una marca tradicional refleja una imagen de productos impecables y consistentes, pero los seres humanos no funcionan de esa manera, como ha reconocido Sandberg.