Donald Trump lo ha logrado: tras casi un año de presidir Estados Unidos, su primera gran victoria legislativa sobre su escritorio, lista para firmar, es una reforma fiscal que él mismo calificó como "un increíble regalo de Navidad".
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Trump y su Partido Republicano señalan el plan de impuestos aprobado en el Congreso el miércoles como la realización de una promesa clave para impulsar la economía y "hacer América grande de nuevo".
Después de todo, se trata de la reforma impositiva más radical que EE.UU. haya tenido en 30 años, a un costo estimado que asciende a US$1,5 billones.
Pero la pregunta es si todo esto también tendrá un gran costo político para Trump.