Es una decisión que incrementará las tensiones en una región donde la hostilidad es permanente: el anuncio de que el presidente Donald Trump reconoce a Jerusalén como la capital de Israel.
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La controvertida medida, informada el miércoles por el presidente de Estados Unidos, ha provocado condenas de líderes palestinos y grupos musulmanes que están convocando tres días de "indignación popular".
Se ha dicho también que éste será "el beso de la muerte" del proceso de paz en la región.
Estados Unidos se convierte así en el primer país que reconoce a Jerusalén como la capital oficial de Israel desde la fundación del Estado de Israel en 1948.
Trump ordenó el traslado de la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén y reiteró que su decisión no significa "una salida de nuestro fuerte compromiso para facilitar un acuerdo de paz duradero" entre israelíes y palestinos.
La ciudad de Jerusalén ha sido uno de los territorios más ferozmente disputados del mundo. Jerusalén occidental es la sede del gobierno de Israel, y los palestinos consideran a Jerusalén oriental como la capital de su futuro Estado.