Varias décadas atrás la capital del Ecuador, Quito, era el fortín de la Selección de Fútbol pero un fenómeno de exportaciones de jugadores a las grandes liga de Europa han terminado por pensar en cambiar la locación para Eliminatorias.
PUBLICIDAD
A proceso eliminatoria seguido, la Tri ha optado por jugar partidos en Guayaquil. Precisamente, en el estadio Monumental. La razón responde al tipo de territorio en los que ahora se forja su carrera nuestros principales representantes.

De nuestro 11 titular, actualmente, ninguno de los jugadores milita en el torneo local y sus puntos de competición no exceden ni los mil metros sobre el nivel del mar, sin contar ligas a nivel Conmebol.
Pese a que tienen condiciones climáticas agrestes (invierno/verano), los jugadores no se enfrentan al efecto de la altura.
¿Cómo afecta la altura?

La altura, o altitud, afecta negativamente el rendimiento de los jugadores de fútbol al disminuir la disponibilidad de oxígeno, lo que a su vez reduce la capacidad aeróbica y la resistencia. Esto puede manifestarse en fatiga, dificultad para respirar, mareos y otros síntomas de mal de altura, así como en una menor velocidad y resistencia muscular.
Además, la altura puede alterar la trayectoria de la pelota y afectar la forma en que los jugadores perciben el ejercicio.
PUBLICIDAD
Este detalle ya está jugando en contra de los jugadores de la Tri, y ahora que están en la cúspide de la escena europea quieren jugar de igual a igual ante grandes rivales como Argentina y Brasil.
Para dar una idea de la evolución de la Selección de Ecuador, para el Mundial del 2002 solo tres jugadores jugaban en el exterior: Álex Aguinaga, Agustín Delgado y Ulises de la Cruz.