Las finales de la Liga Profesional entre IDV y LDU se acercan y ‘todo el mundo’ está expectante por el enfrentamiento entre los únicos clubes del país que saben lo que significa levantar un trofeo internacional.
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En esta coyuntura, Metro conversó con el doctor y deportólogo, Pablo Pinto, quien informó sobre lo que el futbolista debe hacer para desarrollar un mejor rendimiento. Pinto ha trabajado con equipos de La Liga Española como el Real Madrid y el Getafe.
El descanso.
El experto señala que el rendimiento del deportista siempre debe ser tratado y diagnosticado por el departamento médico de un club deportivo.
“En el deporte encontramos el llamado ‘Entrenamiento invisible’. Es decir, manejamos en el deportista, las cargas de entrenamiento que pueden ser pruebas en campo o mediante entrevistas para saber si está fatigado o no”.
El entrenamiento invisible es una ‘recuperación pasiva’ del deportista. Esta se realiza cuando no se está entrenando ni compitiendo. Tiene relación con el descanso y la nutrición deportiva.
“Cuando una persona no descansa bien, el rendimiento baja al siguiente día. Esto es más grave en un deportista, que se puede jugar en 90 minutos de fútbol, el éxito total de todo un año de esfuerzo. Un colchón incómodo, la bulla o una temperatura inadecuada va a afectar el sueño”, señala el profesional.
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Estudios científicos indican que un futbolista que no duerme bien, tiene mayor riesgo de lesión, menor condición física, dificultades al tomar decisiones rápidas. Entonces un sueño de ocho horas seguidas es fundamental en la órbita del entrenamiento invisible o la recuperación pasiva.
Además, antes de un partido muy complejo, el deportista debe saber manejar la carga emocional. “Antes de jugar una final, hay que desconectarse de redes, de noticias. Se debe hacer terapias lúdicas, disfrutar un juego de mesa o tener una cena agradable”.
La nutrición.
Según el doctor Pinto, la alimentación se maneja en relación a las cargas de trabajo. Hay entrenamientos leves, medios e intensos. Para cada uno, hay un tipo de alimentación.
Antes de las finales, se puede hablar de la ‘super compensación de carbohidratos’. “Dos o tres días antes del juego, hacemos un aumento en las cargas de ingesta en función de carbohidratos para repletar el glucógeno muscular que es el almacén de energía de los músculos y llegar con todas las necesidades calóricas para poder rendir correctamente”.
La cena del día anterior debe ser rica en carbohidratos y ligera para dormir bien, además baja en grasas. La comida de los días anteriores debe ‘sobrecargar’ el músculo, tener varios grupos de carbohidratos, pocas grasas y la hidratación ideal.
Tres o cuatro horas antes del partido, el deportista debe hacer esta sobrecarga de hidratos de carbono simples y complejos mediante geles deportivos, frutas, bebidas hidratantes, entre otras cosas, para evitar los calambres.
“Estos se pueden producir por una alteración electrolítica, es decir al no beber la suficiente cantidad de líquidos y no tener una cantidad suficiente en aporte de electrolitos, nos quedamos sin sustratos energéticos, disminuye el nivel de calcio a nivel muscular, la carga calórica queda muy baja”, acota Pinto.
Los entrenamientos.
Las cargas de entrenamiento disminuyen conforme llegue la hora ‘cero’. Un día antes de la final, se hace definiciones, cuestiones técnicas, toma de decisiones, penales, fútbol tenis, dominio de balón. Análisis técnico-tácticos. Hay que evitar los trabajos de alta intensidad o alto impacto.
El calentamiento precompetitivo debe ser de 15 o 20 minutos. Hay que dar movilidad muscular a las articulaciones y tendones. El calentamiento tiene que ser dinámico, con movimientos coordinados. Aquello disminuye el riesgo de lesión o desgarre muscular.