Cuando Adriano llegó al Inter de Milán el mundo del fútbol se rindió ante él, gracias al talento que tenía en el terreno de juego. Incluso, hubo quienes lo apodaron como el nuevo “Ronaldo”.
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En sus primeros años como profesional, el delantero despuntó y demostró estar a la altura de los grandes jugadores; sobre todo, por su potencia física.
Adriano y los excesos que acabaron su carrera
Su presencia en el campo, así como su efectividad frente al arco, lo convirtieron en “El Emperador”, apodo que se le asignó en el Viejo Continente.
Cuando su carrera comenzó a dar los mejores pasos, la muerte de su padre lo noqueó, fue un golpe que no pudo superar nunca y su nivel deportivo se fue para abajo.
La depresión comenzó a invadir sus días, por lo que los excesos se apoderaron de su camino y el desempeño en el campo fue en picada.
A los 18 años debutó en Primera División con el Flamengo; incluso, se ganó un lugar en la Selección de Brasil, para jugar las Eliminatorias de la Copa del Mundo Corea-Japón 2002.
Así luce el delantero en la actualidad
Una potente zurda, un gran físico, pues mide 1.89 metros, fue su carta de presentación. De hecho, fue lo que lo puso en el ojo de los grandes clubes de Europa.
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“Conseguí un nombre demasiado rápido. En Italia todo era muy nuevo y todo eso me transformó en una persona diferente. Era diferente de aquel Adriano de la favela. Conquisté rápido las cosas, pensando en que era un chico que antes no tenía nada y después tenía el mundo. Eso es difícil controlar”, relató.
Con el Inter de Milán vivió tres etapas, además, estuvo en el Parma, Roma, Sao Paulo, Flamengo, Corinthians, Atlético Paranaense y Miami United.
En la actualidad, Adriano no ha dejado de lado la fiesta; al contrario, en sus redes sociales se le ve celebrando en todo momento, pese a sus 41 años.
Su hijo, Adriano Carvalho Ribeiro, de 16 años, seguirá sus pasos, pues ya firmó su primer contrato como jugador profesional, con el Serrano Football Club de Brasil.