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¿Haaland eres tú? El gol que se perdió ante el Liverpool en la final de la Community Shield

El noruego no pudo marcar debajo del arco

Pasó en el partido ante el Liverpool
Haaland lamentando el gol que se perdió Haaland lamentando el gol que se perdió

El Liverpool se coronó campeón de la Community Shield al imponerse 3-1 ante el Manchester City. El conjunto de Pep Guardiola pudo hacer un poco más sin embargo, Erling Haaland se perdió un gol imposible al rematar al palo estando debajo del arco.

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El ex delantero de Borussia Dortmund, Erling Haaland, fue protagonista de una jugada insólita donde no pudo marcar debajo del arco pese a su capacidad goleadora mostrada con su selección y su ex equipo. El noruego ni se lo creyó y optó por reírse por lo sucedido.

El LIVERPOOL SE QUEDÓ CON LA COMMUNITY SHIELD

La centenaria edición de la Community Shield, la Supercopa de Inglaterra, coronó al Liverpool como campeón por decimosexta vez y dieciséis años después, más resolutivo y práctico que el Manchester City, al que doblegó por un penalti decisivo obviado en vivo, señalado a través del VAR, transformado por Mohamed Salah y provocado por Darwin Núñez, que sentenció también el choque en el tiempo añadido con el 1-3 definitivo.

Venció 3-1 al Manchester City
Liverpool campeón de la Community Shield Liverpool campeón de la Community Shield

Suplente de inicio, el impacto del goleador uruguayo, Darwin Núñez, ya es notorio en el conjunto de Jurgen Klopp, que lo puso en juego en el minuto 59, en sustitución de Roberto Firmino. Después falló una ocasión ante Ederson, pero en el tramo final sacó un penalti de un cabezazo y remachó el 1-3 con el que su equipo se adueñó del primer título de la temporada.

El Liverpool entendió mejor el punto de partida. Su puesta en escena fue más efectiva. No necesitó tanto el balón, como lo quiso el City, pero lo verticalizó con la destreza que implican futbolistas del nivel, la precisión y el desborde de Mohamed Salah. El medio del campo fue prácticamente un paso fugaz en la transición del conjunto de Klopp, que quebró por ráfagas el perfil izquierdo de la defensa rival. A Joao Cancelo y Nathan Ake.

En tres minutos, Salah ya había intervenido tres veces en torno al área de Ederson, entre la dificultad del City para darle la velocidad a su irrenunciable posesión. Necesitaba ese plus indispensable cuando se atraviesa el medio campo. Inconexo Haaland, demasiado lejos Bernardo Silva, insustancial Jack Grealish, desaparecido Mahrez, intermitente De Bruyne, ni pensó ni ejecutó entonces en ataque con la habilidad que suele hacerlo. Un problema que solventó a ratos, después del 0-1 en contra, cuando sí creó suficiente como para empatar.

Porque el Liverpool ya era mejor cuando Robertson conectó un cabezazo, en el minuto 13. También cuando el otro lateral, Alexander-Arnold, expresó una de sus variadas cualidades ofensivas con descaro, pero también con fortuna: el tiro que lanzó de primeras desde el borde del área con el interior del pie derecho, tras una jugada que fue de un lado a otro hasta la dejada de Salah, pintaba bien, pero no tanto como el desvío definitivo de la cabeza de Aké. Fue el 0-1. Minuto 21. Un golpe previsible para el City, irreconocible hasta entonces.

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El gol lo despertó. Inexpresivo hasta entonces, reencontró el desborde, relanzó su ambición y se rearmó de convicción el grupo de Pep Guardiola, que, instante a instante, metro a metro, empujó un rato hacia atrás al Liverpool, una caricatura de lo que había sido antes, superviviente al descanso porque Haaland no fue tan efectivo, ni de lejos, como siempre. Ni Mahrez.

En el otro lado, instantes antes, entró Julián Álvarez. El argentino debutó con el Manchester City en la recomposición de Guardiola en el ataque (mantuvo a Haaland y sustituyó a Grealish y Mahrez por Foden y Julián Álvarez), cuando la inercia con la que terminó el primer tiempo se frenó tras una nueva ocasión de Mahrez. Julián Álvarez aprovechó su ocasión. En su primera oportunidad, en un rechace, cuando Adrián no logró atrapar ni a la primera ni a la segunda en su pugna con Foden, cuando menos merecía el City el 1-1, él lo consiguió.

A los 83 minutos, el Liverpool encontró recompensa a su buen trabajo. En una jugada que se recurrió al VAR para señalar una pena máxima clara. Marcó el penalti Salah que transformó con la izquierda, raso, lejos del alcance de Ederson. Ya definitivo para el título, sentenciado con el 1-3 de Darwin Núñez, ya indispensable en el Liverpool.

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