El Chelsea lleva mes y medio buscando nuevo dueño. Multimillonarios americanos, propietarios de equipos de la NFL y hombres de negocios.
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Muchos nombres han sonado, pero tuvo que llegar Karim Benzema a Stamford Bridge para ‘adueñarse’ del club, para marcar su segundo ‘hat trick’ seguido en la ‘Champions’ y poner la eliminatoria a punto de caramelo para el Real Madrid (1-3).
Benzema, en una de sus noches mágicas, en las que se carga al Real Madrid a la espalda, decidió que la eliminatoria sufriera un vuelco en Londres.
Tres goles, dos en 180 segundos, para el delirio de la afición blanca en Stamford Bridge, que vio cómo el campeón de Europa y del mundo claudicó ante el mejor futbolista del mundo, el que a sus 34 años vive el momento más dulce de su vida.
Dos cabezazos desenterrados de pelotas que parecían imposibles de mandar a la red y otro tanto de pillo, de pasión, de confiar siempre.
En el primer gol, el Real Madrid hizo como el Brentford hace cuatro días, desarmó la defensa ‘Blue’ en tres toques. Una pared entre Benzema y Vinícius para que el brasileño sacara una centro en la línea de fondo. La pelota le quedó atrás al galo, pero no importó. La mandó a una escuadra.
Tuvo que saltar la seguridad al campo para que Vinícius no saltara a la grada. El segundo momento de euforia tardaría tres minutos en llegar. Otra vez el Real Madrid en tres cuartos, otra vez el Chelsea perdido.
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Modric, de primeras, puso el balón al área y Benzema, cayéndose hacia atrás, en la posición más incómoda de todas, se lo cruzó de cabeza a Mendy, a ese muro senegalés al que nadie había encontrado las cosquillas en el último año y medio.
Hasta que llegó Benzema. 36 goles en 36 partidos. Primer francés en marcar 10 goles en una ‘Champions’. Jugador de culto. El Real Madrid había reventado la eliminatoria en 25 minutos, pero además había gozado de un larguero de Vinícius y tendría el tercero en las botas de Dani Carvajal, que hizo un movimiento de Cruyff en el área, pero le faltó colmillo ante Mendy, y en las de Benzema, que erró la más clara de todas, a un metro de la portería tras un fallo de Jorginho.
Al Chelsea, tocado, pero no hundido, le despertó su calidad innata. Jorginho, con el Real Madrid acogotado, encontró el hueco en el carril central. Tuvo tiempo para pensar y poner un centro al segundo palo que Carvajal no supo leer.
Havertz apareció a bocajarro y cabeceó. Courtois llegó a tocar la pelota, pero iba con demasiada violencia y entró. Al Chelsea se le abría un rayo de luz en el negro cielo de Londres, que no paraba de descargar agua.
Los resbalones eran constantes, los patinazos también. El peor, lo protagonizaron Mendy y Rudiger. En una pelota muerta, Mendy la controló, vio la presión de Benzema y se la entregó a Rudiger, pero le dio mal. El francés encimó, Rudiger se puso nervioso y le quitó la pelota. A puerta vacía, Benzema hizo su ‘hat trick’.
Quedó tiempo para remontar y el Chelsea, con su público, apretó. La mejor ocasión la tuvo César Azpilicueta, con un remate a una escuadra que salvó Courtois a mano cambiada.
Romelu Lukaku, solución de emergencia de Tuchel, pagó su inactividad con un remate solo, en el corazón del área, desviado.
Havertz, Mount, todos los intentaron sin suerte. Con otra exhibición europea, el Real Madrid avista las semifinales.
Le quedará un duelo en el Santiago Bernabéu para vengar la derrota del año pasado y demostrar que el fútbol inglés está muy bien, pero Benzema es mucho mejor.